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En Brujas, por el hecho de ser una ciudad medieval, tiene muchos lugares donde los niños pueden ir a divertirse y pasear a sus anchas. Los más grandes pueden ir de paseo a los patios de recreo de la ciudad, como Astrid, el Parque Sebrechts y Visartparks.

Hay algunos museos que tienen un ambiente ideal para los niños, como la Torre del Campanario, donde hay que subir más de 300 escalones. Esta torre está situada en la plaza del mercado. También está el Museo del Folclore y los Molinos de Brujas.

Dentro del Museo Groeninge, hay un área de juegos con una casa de muñecas y también está el Museo de Chocolate, llamado Choco-Story. Otro museo dedicado a los alimentos, pero esta vez, salados, es el Frietmuseum, dedicado a las papas fritas, donde además, se pueden probar los mejillones con papas fritas, que es la comida belga más popular.

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En la Medici Sorbetiere, encontrarán siempre una taza de chocolate caliente para degustar junto a algún pastel belga. En este lugar también se sirven almuerzos, pero es un sitio especial para beber el mejor chocolate caliente belga.

Los paseos a través de los canales de brujas, siempre van a ser panoramas codiciados por los niños y adultos que van de visita por esta ciudad.

El mejor consejo para entretener a los niños, si andan por Brujas, es caminar por las calles, ya que sólo eso, es suficiente para que puedan imaginar todo un cuento de hadas, porque todas las calles de la ciudad, son como sacadas de un cuento.

Fotos/ (TracX) flickr

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