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Las habitaciones del Hotel Pantone evocan fuertes sentimientos mediante la utilización de todos los colores del espectro. La Sala de Brown, es una de esas que irradia una sensación a tierra.

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El color es la herramienta más ubicua en el arsenal del diseñador. Los diseñadores han aprovechado todo el potencial del color para evocar sensaciones en los huéspedes, impresionarlos y impactarlos, recreando tan solo con colores, la maravillosa puesta de sol del Caribe

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En el Hotel Pantone, la habitación color naranja representa la vitalidad, mientras que el Salón Amarillo, es alegre y atractivo y la continuación, que sería la Sala Roja, es audaz y ardiente. El Hotel Pantone surgió de la mente del diseñador de interiores de hoteles, el belga Michel Penneman, quien fue a la autoridad mundial en color, Pantone, para implementar este proyecto, que se llevó a cabo en conjunto con el arquitecto Olivier Hannaert.

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El Hotel Pantone nació de la inspiración que causó una bolsa color naranja de Pantone que compró hace años Penneman. El Hotel Pantone abrió el 24 de junio en el elegante barrio Avenue Louise de Bruselas, y allí, los huéspedes pueden elegir entre 59 habitaciones, siguiendo los designios de su estado de ánimo. Los siete pisos del Hotel Pantone están acorde a una paleta de siete colores.

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Para darte un ejemplo, si te sientes más conectado con la tierra, entonces debes elegir una habitación Pantone color 478 C marrón, en cambio, si tienes ganas de atreverte a algo nuevo, ve a los tonos joya de una Sala Pantone 200 C.

En cada una de las habitaciones, hay ropa de cama blanca, accesorios, cortinas y obras de arte personalizadas. Todos los huéspedes pueden disfrutar de las vistas y el ambiente del Salón Pantone y la terraza de la azotea. En este hotel, hasta los cócteles son inspiradores, alguno de color rosa como el champán o el daiquiri.

Penneman fue también el diseñador del The White Hotel Bruselas, una propiedad que se caracteriza por la ausencia de color, el Hotel Vintage y la Casa Tenbosch, también de Bruselas. Su último proyecto es la renovación total del Hotel Berger.

Según el diseñador, los colores del hotel se pueden cambiar todos los años, dándole un toque personalizado tal como fue en un inicio el proyecto. Yo encuentro que estar en un hotel repleto de color es lo mejor que puede existir para levantarse con ánimo, rodeados de objetos de diseño, así es prácticamente imposible deprimirse, ¿no creen?.

Vía: hotelwordlnetwork

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