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Jesús, pero otros se refieren a Dios. También pudiera ser que los pintores quisieron representar una figura identificable tanto con Jesús como con Dios, lo cual no es muy común en la pintura gótica.

En las tres figuras hay inscripciones con significado teológico. Por su parte, las de la figura central son contradictorias. Por un lado, en el borde inferior del manto aparece REX REGUM ET DOMINUM DOMINANTIUM, propio de Dios padre, pero en el brocado aparece un pelícano, asociado a las palabras JHESUS REX.

Suele considerarse que es Hubert van Eyck el autor de estas figuras entronizadas, más estáticas y monumentales que todas las demás.

Adán y Eva, a la izquierda y derecha respectivamente. Están desnudos, no idealizados, sino con cuerpos extremadamente reales; el vientre hinchado de Eva hace referencia a su papel como madre de toda la Humanidad.

Adán parece como si anduviera, dotando a la pintura de mayor perspectiva tridimensional.

Eucaristía. En el cielo surge la paloma, símbolo del Espíritu Santo, que ilumina la escena. El Cordero está rodeado por catorce ángeles, algunos de ellos con los símbolos de la Pasión (la cruz, la columna, la corona de espinas, la lanza, la esponja). Los cuatro grupos que adoran al Cordero son:

Un grupo de judíos, sosteniendo el Libro Sagrado. Dentro de este grupo, destacamos la figura de blanco que pudiera ser probablemente el poeta romano Virgilio. Podemos reconocer entre los santos a San Esteban portando las rocas con que fue martirizado.

Mártires femeninos, que también portan palmas.

El paisaje representa el Paraíso. Hay plantas parecidas a las mediterráneas. Los paneles de la izquierda muestran a Los «jueces justos» y a los «caballeros de Cristo».

Detalles

Los Van Eyck se tomaron mucho trabajo en representar exhaustivamente todos los detalles de dichas escenas: las telas y joyas, el paisaje, las iglesias y la naturaleza. Y, además, un nicho con una palangana, un jarro metálico y un paño, todo ello alusivo a la virginidad de María.

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