La región de las Ardenas es más accidentada que las otras dos.
Es una meseta densamente boscosa, muy rocosa y no muy apta para el cultivo, que se extiende hasta el norte de Francia.
Aquí es donde se concentra la mayoría de la fauna salvaje de Bélgica.
En esta región se localiza el punto más alto de Bélgica, la Signal de Botrange, con sólo 694 metros de altitud.
El clima es marítimo templado, con precipitaciones significativas durante todo el año (Clasificación climática de Köppen: Cfb; la temperatura media es de 3°C en enero y de 18°C en julio, y la precipitación media es 65 milímetros en enero y 78 milímetros en julio).
A causa de su elevada densidad de población y a su posición en el corazón de Europa Occidental, Bélgica se enfrenta a serios problemas medioambientales.
Un informe de 2003 indicó que el agua de los ríos de Bélgica tenía la peor calidad de Europa, y que se situaba a la cola de los 122 países estudiados.
Economía
Economía de Bélgica
Bélgica es un país densamente poblado, y se localiza en el corazón de una de las regiones más industrializadas del mundo.
Actualmente, la economía belga está orientada hacia los servicios y muestra una naturaleza dual, con una dinámica parte flamenca, siendo Bruselas su principal centro multilingüe y multiétnico con una renta per cápita de las más altas de la Unión Europea, y una economía valona más ruralizada y menos dinámica.
Bélgica fue primer país de Europa continental en el que se desarrolló la Revolución Industrial, a comienzos del siglo XIX. Lieja y Charleroi desarrollaron rápidamente una industria minera y acerera, que floreció hasta mediados del siglo XX.
Sin embargo, por la década de 1840 la industria textil de Flandes estaba pasando por una aguda crisis y había hambruna (1846-50).
Después de la II Guerra Mundial, Gante y Amberes experimentaron una rápida expansión del sector químico y petrolífero. Las crisis del petróleo de 1973 y 1979 causaron una prolongada recesión económica.