El año 1963 es otro momento clave, porque entonces se adoptan unas leyes que dividían el país en zonas lingüísticas.
Antes, el censo contaba cuántas personas hablaban francés, neerlandés o alemán en un municipio y el municipio se organizaba en la lengua de la mayoría o en ambas, lo que originaba un aumento de los pueblos francófonos y bilingües.
La división del país en una zona neerlandófona, germanófona y francófona era un asunto muy delicado; surge mucha protesta puesto que en la frontera lingüística convivían los dos grupos lingüísticos y en el sistema anterior los habitantes tenían el derecho de ser atendidos en las dos lenguas.
Para proveer en una solución de esos problemas, en 27 municipios que están en una de las fronteras lingüísticas, se sigue no aplicando el principio de territorialidad.
Asimismo, como en seis pueblos flamencos alrededor de Bruselas vivían muchos francófonos, por lo que, antes, la administración era bilingüe, se les dan las mismas facilidades lingüísticas.
Entonces, en muchos aspectos, el 1963 no representa muchos cambios sino que entonces se establece una vez por todas el status quo.
Organización estatal de Bélgica
Según Peiren (1993) la instauración de esas zonas se va experimentando gradualmente como una contradicción de la estructura unitaria del país por lo que una federalización era necesaria.
Además habían surgido partidos políticos flamencos nacionalistas que insistían en la cuestión lingüística, como el Volksunie.
Asimismo, en el seno de los partidos políticos nacionales surgían visiones fundamentalmente diferentes, lo que lleva a la organización regional de los mismos.
Al mismo tiempo, muchas personas de ambas partes del país estaban convencidas de que sería mejor para todos si ciertos aspectos de la organización estatal fueran regionalizados.
Según Willemyns (2002) ese sentimiento se origina por dos factores: durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX es Valonia la que conocía el mayor desarrollo industrial, pero a partir de los años 50-60, Flandes también empieza a desarrollarse industrialmente.
Al mismo tiempo, la infraestructura de Valonia, que databa del siglo XIX, necesitaba ser actualizada, lo que genera una recesión de la cual hasta la fecha de hoy la zona no se ha recuperado.
Existían diferencias ideológicas entre ambas partes del país, es decir, mientras que Valonia era claramente socialista (Partie Socialiste), Flandes era la base del poder del partido popular católico democrático (Catholieke VolksPartij).
A raíz de esas diferencias, empieza, en 1970 la federalización de Bélgica, un proceso que se va llevando a cabo principalmente entre dicho año y 1993 .