El reino de Bélgica, reconocido como patria de la cerveza, del chocolate, de los “speculoos”, de los quesos y, desde hace poco tiempo, del foie gras, tiene sin lugar a dudas estilo y gusto. No hay nada mejor que volar barato y encima disfrutar de una gastronomía semejante.
En materia de cocina regional o gastronómica, se puede decir que Bélgica, son auténticos magos, a veces de renombre internacional, los que con su arte aportan estrellas a nuestras mesas.
Por supuesto, el éxito de estos grandes cocineros no ha de resumirse a los famosos “moules-frites” (mejillones con patatas fritas), al “américain” (filete americano), o al café liejés (helado con café y chantilly).
Destacan así dos denominadores comunes, que son la creatividad y la calidad de los ingredientes utilizados en sus recetas.
Productos frescos procedentes de nuestro terruño, que se combinan a la perfección con cervezas excepcionales o quesos tiernos.
Son muchas las comidas que tenemos a disposición en Bélgica y que podemos encontrar en casi cualquier rincón del país, desde pequeñas fondas hasta restaurantes de lujo. No se puede ir a Bélgica y no probar algo de su gastronomía reconocida mundialmente.