La asimetría será una característica muy destacada en este movimiento. Las ventanas, más adelante, se convertirán en un recurso decorativo, que se distribuirán por toda la fachada de forma irregular (distintos tamaños, formas, alturas, etc.).
Destacan los miradores, con superficies curvas (estos normalmente están bastante decorados con relación al resto de la fachada).
Ahora gustan los espacios ambivalentes, cambiantes → donde la estructura se pueda modificar. La cúpula de cristal está llena de colores llamativos. El interior es un espacio armonizado, donde toda la decoración tiene un estilo común.
Los pilares parecen tallos vegetales. Casa Solvay; es una planta donde los espacios se intercomunican con otros (tienen que ser casas orgánicas, que se adapten a las necesidades de quién la va a habitar).
Hay un ritmo curvo y cóncavo de la fachada (esto lo adoptan del barroco, del siglo XVIII) → se pretende buscar cierto movimiento en la fachada (les inspira el movimiento de las olas, que por ejemplo, veremos más adelante en Gaudí). Hay una diferenciación de los pisos; las ventanas y los vanos son diferentes.
El interior se decanta más por el uso de la línea geométrica, quizá por el carácter funcional del edificio. Al regresar a Bruselas, comienza a diseñar sus primera casas art nouveau.
Se le atribuyen una treintena de construcciones modernistas, donde usaba motivos florales y forja. Su clientela era menos adinerada que la de Victor Horta, y deja de usar la piedra como material principal, compensado con una expresividad de formas y una gran variedad de materiales.
Toda su obra la realizó en menos de veinte años
Maison Saint-Cyr
Es su obra más importante.
Maison particulière, rue Luther, 28, Bruxelles, quartier des squares (1902)
Maison Beyens, rue de l’Abdication, 4, Bruxelles, quartier des squares (1904). Pensaba que todas las artes debían subyegarse a las artes decorativas, ya que mejorando el entorno del hombre, el hombre mejoraba.