Cuando se conoce un lugar, uno se puede dar cuenta, si observa con atención, cuál es el foco de una ciudad, el epicentro a través del cual giran sus preocupaciones y intereses. En Bruselas uno puede darse cuenta que estos intereses confluyen con una afinidad increíble en torno a las artes visuales y a los espectáculos, entre los cuales se encuentran el teatro, la ópera, el ballet y la música de escena.
Bruselas es una meca de las artes escénicas, piensen que alberga unos treinta teatros independientes. Esto sin contar con la existencia de la Orquesta Nacional y la Ópera Nacional. La ciudad es también muy rica en edificios públicos, parques y plazas donde se reúnen cafés que amenizan en paseo por la acera.
Los medios de transporte público llevan hacia lugares lejanos y desconocidos, de esos que no aparecen en las guías. El monumento más característico de la ciudad, es la plaza principal del pueblo, Grote Markt, que ha sido también señalada como una de las plazas más bellas de Europa.
La ciudad cuenta con un museo dedicado al cómic, el que acumula una infinidad de piezas ingeniosas, irónicas y hasta morbosas. En la ciudad se encuentra también el modelo gigante de un átomo, construido con hierro forjado y compuesto de siete esferas colosales, con una galería de observación y un restaurante en la parte superior.
El famoso Atomium se estima 165 mil millones de veces más grande que un átomo real. Los dos acontecimientos bélicos más importantes que sucedieron en Bruselas son la Guerra de la Independencia de Bélgica y la Batalla de Waterloo.
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