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Ubicada en el barrio periférico de Koekelberg, en Bruselas, esta Basílica del Sagrado Corazón está considerada como una de las más salientes joyas arquitectónicas del siglo XX. Construida en un inconfundible estilo Art Decó, la misma posee una altura de 89 metros, con 167 de largo, medidas que la convierten en la quinta más grande de todo el mundo, y la más importante del país.

En cuanto al origen de la misma, se debe destacar que fue construida a fin de conmemorar el 75º aniversario de la independencia de Bélgica, y que fue el mismo Rey Leopoldo II el encargado de poner la primera piedra de las obras. Sin embargo, su construcción debió ser detenida durante las dos Guerras Mundiales, motivo por el cual la misma no fue terminada sino hasta el año 1971.

Se trata de un sitio sumamente reconocido en Bruselas, en parte gracias a que desde una distancia importante puede verse su gigantesca cúpula de color verde, que se halla a 90 metros de altura, y las tonalidades rojizas de la piedra caliza y terracota, crean una combinación difícil de olvidar para los visitantes. Asimismo, el interior del recinto también es impresionante, con dimensiones casi únicas en el planeta.

Una de las curiosidades con respecto a este sitio, es que si bien Bruselas, más allá de ser una ciudad hermosa, no ofrece una vista demasiado llamativa desde las alturas, la Basílica se ha convertido en el más importante mirador local, ya que la terraza de la misma ofrece una vista de 180º, a una altura de 53 metros, y permite ver casi la totalidad de la localidad.

Vía: Bruselas
Imagen: Turismo en Fotos

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