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Brujas es una trampa turística, por varios motivos: es una ciudad medieval, de estilo gótico, y a esto se suma los canales y escalones de la torre Belfort, sin contar con el famoso refugio para viudas y solteras de las cruzadas: el Beaterio de Wijngaardstraat.

El beaterio fue fundado por la condesa de Flandes, Margarita de Constantinopla, y fue hecho especialmente para mujeres que quedaban solas y abandonadas luego que sus esposos fuesen asesinados en las cruzadas. También fue un refugio para las solteras.

Brujas es una ciudad donde se puede deambular por horas y horas sin cansarse, simplemente, porque se pierde la noción del tiempo, e incluso de las cosas que pasan por el lado. Todo se relativiza cuando hay tanta belleza por alrededor.

En Brujas hay también, muchos museos pequeños, aunque el más importante es el Museo Groeninge, con sus magnificas obras maestras del Renacimiento del Norte.

Vale la pena darse una vuelta por la catedral de Brujas, San Bavón, una de las mayores obras de arte, que contienen dentro de sí, la esencia de la historia de la pintura.

Para llegar a Brujas, el tren más rápido es el de Bruselas-Midi, que toma casi una hora de viaje. Todos los boletos de Eurostar a Bruselas están validados para cualquier estación en Bélgica dentro de las 24 horas desde que se parte el viaje.

El hotel más nuevo y único que se puede ver resaltar en la ciudad de los canales, es un cinco estrellas, el Palacio de Kempinski Hotel Dukes, como para alojar un par de noches.

Vía/ Cntraveller

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