En el poblado de Soulme, hay un conjunto de casas y granjas de larga data, que podríamos remontar a los siglos XVIII y XIX. Este pueblo está situado lejos de las principales carreteras y mantiene una exuberante vegetación.
El poblado es tan pequeño, que solo tiene 60 casas alrededor de una iglesia, por lo que, tal como piensan o se deben imaginar, allí todos se conocen y cualquier cara nueva se reconoce de inmediato, aunque la gente es amable con los turistas.
Las granjas y las casas tradicionales del pueblo, muestran claramente que pertenecen a la región de Namur Fagne. Entre los materiales de construcción de las casas, podemos ver piedras calizas y cubiertas de cal tradicional.
Entre los atractivos que vale la pena ver aquí tenemos, la iglesia con su coro, nave, torre y fuentes de bautismo que datan del siglo XI, las casas y granjas, la Granja de los Monjes, el antiguo molino y su horno de pan y el Valle Hermeton.
Hay quienes se dedican a elaborar productos artesanales, como queso y productos agrícolas, hay un restaurante y alojamientos establecidos en casas rurales, como la casa Le Narcisse y Sr. Anceau.
El Valle Hermeton mantiene una naturaleza increíblemente salvaje, espesa y exuberante. Algunos se aventuran a descubrirlo en bicicleta, aunque hay zonas que son demasiado empinadas como para recorrerlas a bordo, por lo que es mejor bajarse y caminar. Algunos ríos deben cruzarse con cuidado ya que el agua llega hasta las rodillas incluso.
En la desembocadura del río, se puede ver cómo fluye el agua hacia el Mosa. Muy cerca se encuentra el afamado Paseo de los Naturalistas, un sitio imperdible con una enorme cantidad de flora para conocer.
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