El Parlamento Belga votó a favor de una ley que prohíbe a las mujeres usar el velo islámico en público si tapa toda la cara. El incumplimiento de esta ley, tendrá penas de multa y cárcel inclusive.
El trasfondo de la ley, es que nadie oculte su identidad en lugares públicos. Esto descarta motivos religiosos y privilegia la seguridad, ya que así a la policía se le hace más fácil identificar a las personas. Aunque la ley ya está aprobada por la Cámara baja del Parlamento, todavía falta la discusión de los senadores.
Según se estima, unas 30 mujeres usan este tipo de velo en Bélgica, siendo que la población musulmana bordea el medio millón de personas.
Desde el punto de vista religioso, también se discutió entre los parlamentarioas algunos argumentos, como el hecho de que si los musulmanes se iban a vivir a países cristianos, tenían que acatar también, su modo de vivir. De todos modos, la prohibición tendrá algunas excepciones para ciertos festivales.
Los velos son a mi parecer, una forma de represión impuesta que luego de cambiar de país se conserva como una costumbre autoimpuesta. Aunque las mujeres que usan velo creen ciegamente que van acorde a sus convicciones de vida y religiosas, lo cierto es que la modernidad ya no valora esos parámetros de usanza en el vestir, y en la medida que haya más movilidad entre países, también será un deber ciudadano, adaptarse al país que los recibe.
Qué el concepto de modernidad lo vayan a entender los musulmanes o a interpretar como un arma de doble filo para inventarse amenazas, es otro asunto, asimilable al cuento de la experiencia, que desvaloriza la innovación. Hoy cada vez es menos valiosa, la experiencia, porque los cambios son muy rápidos, entonces, más que la experiencia lo que pesa ahora es la capacidad de adaptación. Si en economía resulta, ¿cómo no va a resultar en el modo de vivir?.