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En Bélgica, nadie queda defraudado con su cerveza y chocolate, por lo menos esa sensación tuve en uno de mis vuelos a Bruselas, que vendrían a ser el complemento perfecto de un tour por los sitios populares de la ciudad, como la impresionante plaza Grand Place y el Manneken Pis, un tipo casi desconocido, que muestra una vejiga de gran tamaño.

En el sótano del Grand Place, hay un restaurante pintoresco y medieval, que ofrece mejillones, patatas fritas y cerveza. Los mejillones los cuecen de varias formas y de todas quedan deliciosos, mientras que las patatas fritas, se fríen dos veces, la primera para cocinarlas, y la segunda para dorarlas. Esa es la gran diferencia entre el modo de preparación de patatas fritas belgas y la mía, porque yo sólo las frío una sola vez hasta que se ven doradas, además, los belgas se comen las patatas fritas con mayonesa, en cambio, yo las prefiero con kétchup o mostaza, y si no hay ninguna de las dos salsas, simplemente me las como con sal.

En cuanto a la cerveza, los belgas tienen su reputación, muy bien merecida en todo caso, al igual que su fama de chocolateros, porque vayan donde vayan, siempre encontrarán chocolaterías abiertas. Los chocolates son algo que no falta nunca en este país de cosas medievales. Al parecer, la tradición de preparar los chocolates, es algo que se traspasa de generación en generación.

En Brujas, además de la arquitectura medieval y las hermosas vistas que pueden encontrar de la ciudad, encontrarán también, muchos chocolates y cerveza. A los que nos gusta probar diferentes cervezas, la idea de un tour cervecero no nos viene nada de mal.

Vía/ Signonsandiego
, Foto/ (Kirty P.) flickr

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